Aprender a investigar

Internet es una fuente de información extraordinaria. ¡Ojalá hubiera existido en mis tiempos de estudiante! Pero se trata de un campo inmenso y no todo lo que sale de internet es fructífero. Aquí aporto una serie de pautas que es importante seguir a la hora de tomar datos. Porque Google es muy práctico, pero no deja de ser una máquina que tu cerebro (la máquina más perfecta) debe saber dominar.

Guía de análisis de fuentes:

1. Tener claro qué busco. El tema debe estar bien definido en tu cabeza para poder separar la paja del grano y no pararse en detalles secundarios.

2. El documento debe estar publicado por alguna institución de prestigio académico, educativo, periodístico...,  o algún autor con una carrera profesional vinculada al asunto. Esto es importantísimo en textos tomados de internet, donde puede escribir cualquiera (hasta yo, sin ir más lejos). No todo lo que aparece en la red está escrito por alguien experto en el tema del que está hablando.

3. No hay que quedarse con el primer documento con que nos crucemos. En necesario ir leyendo y desechando o anotando. Rara vez se consigue lo que se busca a la primera.

4. El lenguaje que emplee la fuente es muy importante. El texto debe estar bien escrito y con corrección. Huye de los textos con errores llamativos: es una señal de descuido que dice muy poco sobre su autor. Pero, además, debe ser comprensible. Hay documentos muy especializados de los que no podrás sacar información práctica.

5. La extensión del texto no debe ser un obstáculo para tu investigación. La respuesta a lo que buscas no siempre aparece en el primer párrafo. Hay que armarse de paciencia e ir leyendo. La perla puede aparecer más adelante y por eso no se puede ser perezoso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario